Rafael Alberti
BIOGRAFÍA

Nace en Puerto de Santa María (Cádiz) en 1902, en una familia de bodegueros de clase humilde. Asiste al colegio de los Jesuitas de su pueblo, del que dirá que “no aprendí nada durante cerca de cuatro años de externado” .
En 1917 se traslada a Madrid con su familia, y empieza a cultivar la pintura, acudiendo continuamente al Museo del Prado. Llegó a presentar una exposición (en 1.922) de sus cuadros y dibujos en el Ateneo madrileño. Nunca pudo superar la nostalgia del Puerto, la luz, la mar.... Su padre muere en 1920, y desde el año 1923 se consagra enteramente a la poesía. Una tuberculosis le obliga a reposar durante un tiempo, entre 1920 a 1921 en la sierra de Guadarrama y en Rute. Los primeros poemas que escribe entroncan con las vanguardias (Creacionismo), la lírica tradicional y Bécquer.
En estos años entabla amistad con Lorca, Dalí, Buñuel y otros que vivían en la Residencia de Estudiantes. En el invierno de 1924-25 pasa unos meses en Rute, pueblo cordobés. En 1925 publica su primer libro Marinero en tierra que había recibido el Premio Nacional de literatura el año anterior compartido con Gerardo Diego. En una carta al autor, que se incluía en el libro, saludaba con entusiasmo Juan Ramón Jiménez la aparición del nuevo poeta como un valor auténtico de la poesía española, y esta consagración fue un gran estímulo para Alberti. Vinieron nuevos libros: La amante (1925), El alba del alhelí (1927), Cal y Canto (1927) y Sobre los ángeles (1929).
En 1927 sufre una crisis sentimental y tres años después se encuentra con Maria Teresa León, escritora, y desde entonces su compañera. A partir de 1930 escribe poesía revolucionaria. En 1931 se afilió al Partido Comunista y estreno sus obras de teatro Fermín Galán y El hombre deshabitado.
En 1933 realiza un viaje a Rusia y crea la revista Octubre. A esta época pertenecen Consignas, Un fantasma recorre Europa y 13 bandas y 48 estrellas. Alberti es el único poeta de su generación comprometido políticamente con una tarea revolucionaria, a la que se entregó antes y durante la guerra civil, junto con su mujer, la escritora María Teresa León.
Durante la guerra civil toma partido por el bando republicano, dirige la revista El mono azul y es secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Tras la guerra empieza el largo exilio. Se traslada a París al terminar la guerra. En 1940 marcha a Argentina. En la década de los cincuenta viaja por Hispanoamérica, Rusia, los países socialistas y China.
A partir de 1963 reside en Roma. Ha viajado por casi toda Europa, Rusia, América y China. En 1965 recibe el Premio Lenin de la Paz.
Vuelve a España en 1977. Se casa con Asunción Mateo. En 1983 se le concede el Premio Cervantes de Literatura y es elegido Diputado a Cortes por el Partido Comunista. Fallece en 1999.
OBRA POÉTICA
Más que a Lorca, con quien suele comparársele por fáciles motivos —andalucismo, vena popular—, Alberti recuerda a Gerardo Diego por el dominio de la técnica, la variedad de facetas, la fecundidad. En la poesía de Alberti hay que distinguir las siguientes etapas:
- La neopopularista —Marinero en tierra, La Amante, El alba del alhelí—, inspirada en nuestro cancionero tradicional y en el folklore andaluz. Estas breves canciones donde se conjuntan felizmente tradición y modernidad, escritas con la gracia de un Gil Vicente o de un Lope, son quizá el máximo acierto de Alberti, que en los últimos años ha vuelto más de una vez a su primera manera: Entre el clavel y la espada, Baladas y canciones del Paraná.
- La neogongorina y vanguardista —Cal y canto—, propia del entusiasmo de su generación por el autor de las Soledades, de quien hace una paráfrasis. La obra incluye, además, sonetos, tercetos, romances, cuartetos y algunos poemas que preludian el humor de Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos. Cal y canto es un libro sin unidad temática ni formal, un ejercicio de virtuosismo barroco, sin mayores méritos que los técnicos.
- La surrealista: Sobre los ángeles. Según Vicente Gaos, se ha exagerado el valor de este libro, que muchos consideran la obra maestra del autor y una de las obras capitales del surrealismo español. El surrealismo de Alberti parece más fruto de una deliberada actitud mimética que de una honda convicción interior. Los ángeles y demonios de Alberti resultan «literarios». El verso libre es indeciso, como producto de una nueva experimentación del poeta, que no logra en él la maestría formal mostrada en los metros, populares o cultos, antes cultivados. Sobre los ángeles incluye un homenaje al soñador y angélico Bécquer, a quien los poetas de 1927 salvaron, por su pureza estética, del descrédito en que envolvieron al Romanticismo. Sermones y moradas prolonga la línea de Sobre los ángeles, en un verso libre estirado hasta los límites de la prosa.
- La política: A partir de este momento y a través de Elegía cívica —«crisis anarquista y tránsito de mi pensamiento poético», en palabras del autor—, Alberti desemboca en la poesía política, que cultivará hasta el final, aunque con frecuentes retornos a la «poesía burguesa», que repudió en 1931. Es lugar común afirmar que la lírica revolucionaria de Alberti no está al nivel de su producción anterior. Es verdad que en dicha lírica hay lamentables caídas y muestras de mal gusto. Pero también lo es que en esta dirección Alberti ha escrito bastantes de los mejores poemas que salieron jamás de su pluma: El poeta en la calle (1931-1935), De un momento a otro (1934-1939), 13 banderas y 48 estrellas (1935) Entre el clavel y la espada (1939-1940).
- La del exilio: Alberti vuelve a cantar al mar y a la patria, al mundo infantil en un tono más barroco. Pleamar, Oda Marina, etc.
En conjunto, Alberti es un gran poeta, pero no un poeta de primerísimo orden, como creen muchos que lo ponen a la par, y aun por encima, de Lorca.
Tiene una extensa obra con gran variedad en cuanto a temáticas, estilos y esquemas temáticos.
Alberti es un hombre capaz de seleccionar “los medios expresivos más acordes con sus intenciones de cada momento”, según dice Dámaso Alonso, sin embargo en sus comienzos se acerca mucho al neopopularismo de Lorca.
En su poesía podemos establecer 5 etapas, todas ellas con el denominador común, más o menos insistente, de la presencia o la añoranza del mar, lo que le llevó, en 1986, a recoger en el volumen Todo el mar los poemas que giraban en torno a él. En 1994, apareció otra recopilación, prologada por su mujer, Asunción Mateo, con el título de Solo la mar.
ETAPA NEOPOPULARISTA
En la primera etapa de su poesía, Alberti ha sabido recrear con alabada gracia y sorprendentes aciertos formales, la lírica popular de los Cancioneros del siglo XVI, y de Gil Vicente. Juan Ramón Jiménez definió esta primera poesía albertiana como "poesía fresca y acabada a la vez, rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima". Es la corriente neopopularista que ya habían iniciado antes el mismo Juan Ramón Jiménez y Manuel Machado, y que hereda también García Lorca. El propio Alberti señaló la importancia de esa corriente poética en una conferencia que dio en 1932 con el título La poesía popular en la lírica española contemporánea. Si en Marinero en tierra expresa el poeta la nostalgia de un mar de infancia - la suya propia en el litoral gaditano-, como paraíso perdido, y en La amante traza, estilizadamente, en brevísimas canciones, caminos poéticos de tierra adentro -de Castilla la Nueva a la Vieja y al litoral santanderino-, en El alba del alhelí el paisaje protagonista es el pueblo de rute y la serranía cordobesa que lo rodea, en donde Alberti pasó una larga temporada en el año 1924.
- Marinero en Tierra de 1925, donde el poeta recuerda con nostalgia el paraíso perdido de la infancia y la nostalgia del mar desde la tierra adentro. Todo se vuelve añoranza de ese mundo infantil inocente y puro al que le dedicará buena parte de la Arboleda perdida I. El libro lo empezó en el Sanatorio de San Rafael, en Guadarrama, donde se recupera de una tuberculosis. Presenta todo el mundo infantil del poeta, sus recuerdos cerca del mar y su deseo de volver a fundirse con él, lo cual da al libro un cierto aire de ensueño. Lo más significativo es que el mar no aparece como un elemento épico, como había sido habitual en la poesía, sino como un elemento de sugestiones sobre el que el poeta proyecta sus deseos más íntimos.
Es el libro de un poeta mediterráneo ya anclado en Madrid, un libro de despedida, la primera despedida y el primer dolor del poeta. El mar y la libertad serán una constante en la poesía del Alberti y en este libro encuentran su primera exposición literaria completa. El volumen consta de tres secciones: en la primera se encuentra el Sueño del marinero compuesto por doce tercetos y que es el poema más largo del tomo; en la segunda están los doce sonetos, dedicados a personajes reales, a seres imaginarios y a muertos; en la tercera se encuentran treinta y tres canciones dedicadas a las tierras de Andalucía y Castilla; la tercera parte está compuesta por sesenta y tres cancioncillas cuyo asunto central y preponderante es el mar.
- La amante, de 1926, corresponde a las impresiones recibidas por un viaje hecho por tierras de Castilla y País Vasco con su hermano Agustín, corredor de vinos, en el verano de 1925 .
Se caracteriza por la ligereza gracejo, ritmo y canción espontánea, con una visión de Castilla muy diferente a la de la generación del 98. Alberti nos presenta una Castilla jovial, sin reflexiones metafísicas; se trata de plasmar la impresión que le produce un paisaje que a sus ojos se desenvuelve como exótico. La amante, según Alberti era una mujer que conoció durante unos días de reposo en Guadarrama.
De forma estilizada, la realidad recordada se impone sobre la vivida.
- El alba del alhelí, de 1928, publicado por José María de Cossío en una edición reducidísima, surge a partir de sus experiencias en Rute; presenta la Andalucía del interior, que se contrapone a la del mar, luminosa y libre. El libro, que inicialmente iba a titularse Cales negras, presenta dos partes esenciales: las composiciones de tema taurino compuestas a raíz de su participación en el homenaje por el séptimo aniversario de la muerte del torero Joselito, y los poemas que forman “La encerrada”, en donde se canta su pasión amorosa por una chiquilla a la que le impiden ver y de su pena al tener que irse de su lado sin poderla liberar.
ETAPA NEOGONDORINA Y VANGUARDISTA
Del Neopopularismo, Alberti evoluciona a una poesía culta y barroca en que la influencia de Góngora es visible, como lo muestra su libro Cal y Canto (1927), cuya aparición coincide con el centenario de Góngora que la generación del 27 celebró con fervor.
En el citado homenaje a Joselito, Alberti leyó su Soledad tercera y dos sonetos a Góngora. Esta etapa se inserta dentro de la admiración que los autores del 27 profesaran al poeta cordobés, para cuyo homenaje, Alberti reunirá una serie de poemas bajo el título de Cal y Canto. En general, puede decirse que el libro es más un ejercicio de virtuosismo poético que de expresión poética personal. La importancia de este ejercicio es que le servirá de base para su indagación en los recursos vanguardistas, cuyo mejor fruto será Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, de 1929, un homenaje a los artistas del cine mudo. Son poemas secuenciales y visuales, en un intento de recrear el lenguaje cinematográfico. Lo fundamental de este libro es que presenta una perfecta asimilación de los recursos formales del vanguardismo y que desarrollará en la etapa posterior.
-Cal y canto es publicado en 1929. Aquí llega incluso a calcar la sintaxis y las imágenes de Góngora. En general, puede decirse que el libro es más un ejercicio de virtuosismo poético que de expresión poética personal. En este nuevo libro se somete Alberti a la disciplina de una geometría verbal que muestra la perfección técnica de la forma. Pero si la huella de Góngora está en las bellas y audaces metáforas de Cal y Canto, los motivos del libro están tomados del mundo moderno, del mecanismo dinámico de nuestro tiempo: el cine, el avión, el deporte, el ascensor, el teléfono, la radio, el gramófono. Es el mundo de los mitos modernos cantados con júbilo y a veces con humor. Pero si el mundo de la vida moderna que canta el poeta representa la alegría del hombre creador de un nuevo mito -el progreso mecánico-, también anuncia en él la destrucción de ese mismo mundo recién creado.La importancia de este ejercicio es que le servirá de base para su indagación en los recursos vanguardistas, cuyo mejor fruto será Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos.
-Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, de 1929, es un homenaje a los artistas del cine mudo. Son poemas secuenciales y visuales, en un intento de recrear el lenguaje cinematográfico. Lo fundamental de este libro es que presenta una perfecta asimilación de los recursos formales del vanguardismo y que desarrollará en la etapa posterior.
ETAPA SURREALISTA
-Con Sobre los ángeles, publicado en 1929 representa un cambio brusco de tema: del mundo geométrico y mecánico -la ciudad moderna- a un mundo misterioso de ángeles angustiados y rebeldes. Pero al mismo tiempo el libro enlaza con la corriente surrealista, que ya entonces comenzaba a influir en algunos poetas de la generación, como Aleixandre y Cernuda. Con Sobre los ángeles, Alberti se incorpora al surrealismo; es un libro desesperanzado, y prepara la poesía de compromiso político-social de los años treinta. El libro surge no solo como consecuencia de una crisis amorosa, sino como consecuencia del clima que se respira en la España de los años 20, en donde los poetas darán cabida al mundo de los marginados, de lo onírico y de la innovación formal inspirada por el surrealismo. La obra presenta tres partes encabezadas por una cita de Bécquer y se nos presenta al poeta desterrado del paraíso y errante en un mundo caótico y rodeado de ángeles buenos, malos y neutros, que algunos autores han relacionado con la Biblia, mientras que para otros representan distintos estados anímicos del poeta. Estos ángeles están en continua lucha en el interior del poeta, representando en cierta forma la lucha intestina entre lo positivo y lo negativo del hombre y como es imposible la destrucción de uno de los dos sin la destrucción total del hombre mismo.
De forma cuidada y originales conceptos poéticos, está vinculado, por otra parte, a una crisis íntima del autor, que convierte a sus ángeles en la encarnación de sus sentimientos, y así la angustia y la desesperación del hombre contemporáneo toman la forma de imágenes visionarias, imágenes ciertamente insólitas y ausentes del resto de la obra poética de Alberti.
En una introducción a la que titula "Paraíso perdido" relata el poeta la inútil y desesperada búsqueda de este mundo inalcanzable, búsqueda que desembocará finalmente en la construcción lírica de ese universo angelical, en el que los ángeles nada tienen que ver con categorías celestiales y así con las fuerzas interiores que empujan al poeta.
En este reino intermedio se mueven el ángel desconocido, el ángel ángel, el ángel de las bodegas, el ángel de los números, el ángel ceniciento, los ángeles mohosos o los ángeles muertos, configurando un mundo poéticos intemporal, totalmente ajeno a las diferencias del idioma, que en el año 1948 mereció, en un extenso artículo de fondo del Times Literary Supplement, que Alberti fuese calificado como el más universal de los poetas de su generación.
- Sermones y moradas, escrito en 1924-30, es un libro en el que introduce el irracionalismo; no tiene unidad temática, y los versos, sin rima, son muy largos.
ETAPA DEL EXILIO
Alberti ha sido siempre fiel a las virtudes y cualidades que le han caracterizado como poeta: la maestría de la técnica poética, la gracia alada del verso, el sentimiento finísimo del ritmo. Esa poseía aérea, esbelta, jugosísima de Alberti, la volvemos a encontrar en algunos de sus libros del exilio, como sus Canciones del Paramá (1943-1944), aunque ahora la lejanía y nostalgia de la patria empañen a veces de melancólica tristeza sus canciones. El recuerdo y la añoranza de España aparecen y reaparecen a lo largo de tos su poesía del destierro, especialmente en sus libros Entre el clavel y la espada (1941), Retornos de lo vivo y lo lejano (1952), Ora marítima (1953) y Baladas y canciones del Paraná (1954).
A estos libros de su etapa de exilio argentino habría que añadir Pleamar (1944) y un libro de poesía política Coplas de Juan Panadero (1949). Aunque en estas obras la poesía de Alberti se ha hecho más seria y preocupada, más angustiada por la circunstancia del exilio, no falta en ellas, a veces, la gracia de un cantar, de una canción. Pero domina la amargura de la derrota y de la patria perdida, que impregna su libro Entre el clavel y la espada.
- La serie de poemas Toro en el mar es un canto al Toro de Iberia, que simboliza a la España herida por la guerra civil. En algún poema asoma la melancolía por la ausencia de la España lejana: "Mis ventanas ya no dan a los álamos y a los ríos de España".
- Otros libros lo presentarán obsesionado por la patria y amargado por ser un desterrado, como Retorno de lo vivo lejano, de 1952. Donde el acento nostálgico es aún más intenso, libro lleno de añoranzas y recuerdos españoles. El tono elegiaco domina en todo el volumen, en el que destaca la serie "Retornos de amor", culminación de la lírica de motivación amorosa en Alberti.
- Ora marina, título de un poema latino de Avieno, es un canto de homenaje a Cádiz, con motivo de cumplirse su tercer milenario.
- Salvo las Coplas de Juan Panadero, de 1949, después ampliado, que siguen siendo de carácter combativo y entroncan con la poesía satírica del siglo XV, la obra de Alberti cambia, deja su preocupación político-social y se vuelve más barroca. Su temática principal es España. La añoranza del mundo infantil, del mar, se suma a la de la patria perdida en Pleamar.
- Pleamar, publicado en 1944; Oda marítima, de 1953, expresan la añoranza de su tierra gaditana, su infancia, el mar, su cielo...
- En su etapa romana, a Alberti le interesan más los acontecimientos internacionales, aunque sigue añorando España: Roma, peligro para caminantes, de 1968, Los ocho nombres de Picasso, de 1970, homenaje al genial pintor mmalagueño, que fue amigo suyo.
- Después de su vuelta a España publica Abierto a todas horas y Fustigada luz (1980), Versos sueltos de cada día (1982), Los hijos del Drago y Otros poemas (1986). Golfo de sombras (1986), y Canciones para Altair (1988).
- Son interesantes los dos volúmenes de La arboleda perdida, de 1942 y 1987, e Imagen primera de... (1945), donde recoge semblanzas de artistas y escritores que conoció.
Como García Lorca, también cultivó Alberti el teatro, y en ese género destacan sus dramas El Hombre deshabitado, El trébol florido, La gallarda, La pájara pinta, El Adefesio y Noche de guerra en el Museo del Prado.
POEMAS
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!
(De Marinero en tierra)
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)